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El monasterio cisterciense de Santa Maria de la Valldigna es uno de los que fueron desmantelados y vendidos durante la desamortización de Mendizábal en 1836.
Las consecuencias de 150 años de abandono son claramente visibles, la adquisición por parte de la Generalitat Valenciana en el 2003 supuso el inicio de la consolidación y recuperación parcial de estos restos, una titánica tarea que actualmente continua.
En el panorama nos encontramos en las dependencias anexas denominadas el Palacio del Abad, al fondo podemos observar la iglesia principal del convento. Destacar dentro de estas ruinas el pequeño grupo de arcos situados en la primera planta, que en su día fueron vendidos e incorporados en el Palacio del Canto del Pico de Torrelodones (Madrid) y tras su compra han retornado a su lugar original.
El lugar merece al menos una visita tanto por las ruinas como por el hermoso y digno valle (Vall-digna) repleto de naranjos, cuya vista es mas espectacular si se opta por subir el puerto de Barx.