Historia y leyenda recorren los muros y edificios de esta fortaleza que fue construida en el siglo X por los árabes y custodiada una vez consquistada por los monjes soldados de la Orgen de Santiago.
Es uno de los castillos más importantes de Castilla-La Mancha a nivel arquitectónico, pues se trata de una fortaleza roquera, que para adaptarse al terreno cuenta con una planta alargada e irregular y dos niveles interiores separados por un foso cortado en la roca. Su Torre del Homenaje corta el castillo en dos partes, una de ellas patio de armas y la otra dependencias.
Su asiento elevado y rocoso le convierte en un punto excepcional para defender las rutas de invasión que llegaban del territorio almohade al cristiano.